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CURITA 17 / MAR 06. 05

CHATTANOOGA

CHOO CHOO EXPRESS.

 

> email1:      remington kid

> nombre:      laura

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> opinión:

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> me parecen muy buenos los escritos, pero hay algo en ellos que

desbordan

demasiado las emociones de quien escribe, y sos hombre? siento una

pequeña=gran poca autoestima con respecto al amor, creo que esa bolsa

en la

cabeza es lo que no te permite ver la realidad entonces sacatela y

luego

analiza las cosas que pasan con respecto al amor sin caretas.

>

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Laura:

Hace poco terminé de construir Remington Valley y mi trencito eléctrico, el Chattanooga Choo Choo express, ahora se pavonea ante los pequeños molinos de viento y los picos nevados que se elevan hacia el sur del pueblo. Me gusta escuchar su marcha. Me gusta escribir mientras el tren avanza y da vueltas dentro de mi habitación. Con respecto a tu mail 

quiero decirte dos palabras: Tenés razón. Ocurre que padezco cierto tipo de  “desequilibrio emocional”. Nada grave. Todas las semanas me arrepiento de haber escrito tal o cual cosa y me digo: “hey, eso es demasiado arbitrario... o no era para tanto... o...  ¿no será hora de que pienses seriamente en dejar a tu Dr. Ácula y buscar un especialista más razonable..? Pero luego empiezo a escribir y me olvido y sale todo lo que sale. Y esa fue la premisa de las “curitas” : todo lo que siento y cómo lo siento ahora. Podría decirte que estabas advertida (junto a la fotografía, en letra roja) pero eso sería tener una actitud chota...  O.k sólo decirte algunas cosas... Sí, tengo una concepción infantil y exagerada acerca del Amor. ¡¡¡Lo admito!!!  Es 

más, tengo una actitud infantil y exagerada hacia todo lo se mueve a mi alrededor y dentro de mí y me merezco ir a la cama sin “dibus” y sin comer ... Pero no es por eso que uso una bolsa de papel madera (no una “careta”) en la cabeza. La bolsa en la cabeza es, si se me permite el término, una Declaración de Principios: así es cómo me siento. No me refugio detrás de ella. Yo soy ella. Mis amigos son ella. El mundo en el que quiero vivir  (su promesa) es ella. Es un símbolo. Una marca. Lo bello está dentro. Esta claro que la “bolsa” remite inmediatamente a The Ugly Ducky (no al libro sino al dibujito 

animado de Disney) donde el cisne pichón se hiere y se culpa todo el tiempo por no ser igual a sus hermanos patos; donde su “fealdad” lo lleva a huir y a encontrar consuelo en la orilla del lago, puesto que allí se refleja (se duplica, ve a un igual que es él y es otro) y acaba regodeándose y compartiendo con él los sinos de su tragedia. Cito a Quevedo: “...en el fondo del abismo / donde me enamoraba de mí mismo...” El patito feo posee todos los atributos de lo que podríamos llamar “glamour” loser : es condenado por su “naturaleza” extraña (extranjera) a un destino de soledad y autocompasión del cual no es sencillo salir puesto que esa expulsión representa un posicionamiento por sobre la “media” de los patitos que siguen a Mamá-pata. Una diferenciación alienante que se refugia en los parlamentos estoicos y que ve en el “heroísmo” (en su postura) su razón de ser: “...De modo que no me permitís entrar en el mundo. Bien. Me haré uno propio...” Es infantil, claro. Pero si se lo piensa un poco todas las actitudes del mundo adulto son infantiles: “...mami, mami, quiero comprarme todo el kiosco...” -dice 

el niño-niño. “....mami, mami, quiero invadir todos los países de medio oriente...” -dice el niño-adulto. Es un tema por demás complejo, mi querida Laura, y agradezco tu mail. Todas las “curitas” son tentativas de orden, búsquedas de claridad: escribir para materializar el pensamiento. Y me pareció un buen gesto tu opinión porque me hizo ordenar ciertos expedientes traspapelados.   Mi autoestima (subterránea y estratosférica) “coquetea” todo el tiempo con los extremos. Pero... ¿por qué te sentís un “patito feo”, te preguntarás. ¿Es que acaso te sentís tan hermoso como para serlo? La respuesta es un contundente . Y estoy convencido de que vos también. Y de que todos los que visitan Pistilo Records lo son. Suena demagógico y supongo que en cierto punto lo es. Pero no tengo ganas de escarbar en esa parte de mi inconsciente. La tierra prometida de Internet resulto ser un terreno baldío donde van a parar 

los despojos del lenguaje. El basurero de la comunicación. La hipertextualidad nos ha hecho más perceptivos 

de lo que ocurre frente a nosotros, pero es un percepción perezosa, superficial. Cada vez somos más “información” y menos “contenido”. Y eso no es algo que sólo nos ocurra frente a una computadora. De hecho, los muros contra los cuales nos topamos a diario al intentar el acto de la comunicación son una consecuencia directa de ello. Nos la pasamos hablando y no diciéndonos nada. Por eso quise responderte, Laura. Vos me dijiste algo que en un principio me molesto. Pero luego me di cuenta de que ese y no otro era el sentido de las curitas y el objetivo de Pistilo Records: “¿Hay alguien ahí en Mar del Plata?” Supongo que nuestro problema (y me permito 

hablar en plural  sumando a los demás lectores) es que no encontramos espejos para reflejar nuestra Belleza. Esa 

es la tragedia del “patito feo”. No encontrar iguales (cisnes) donde reconocerse, donde hallar el consuelo colectivo de un padecimiento individual.... en definitiva... donde  no sentirse un “extranjero”. Mar del Plata es un lago un martes a las tres de la tarde y yo me asomé al lago y en el lago apareciste vos, diciéndome que me dejara de hacer la “estrellita mía” en cuestiones amorosas. Y está bien. Yo puedo cambiar mi postura o persistir en ella. Eso no es lo importante. Lo importante es que vos tenés una idea diferente de la mía y me gustaría mucho conocerla.  (info@pistilorecords.com.ar) Son tiempos muy hostiles los que nos tocó en suerte vivir y durante la mayor parte de él tenemos una “careta” puesta (y aquí si vale el término) que nos mantiene a salvo . Nos escudamos debajo de un nombre y de un apellido que figura en un pedazo de cartón verde con nuestra fotografía y nuestra firma. Nos tranquiliza que un par de letras mezcladas y una imagen nos individualicen y nos otorguen un más que dudoso viso de “realidad”. ¿Cuánto de ficción 

y de realidad hay en nosotros? ¿Somos todo aquello que deseamos o somos todo aquello que tenemos? ¿Qué habla más de nosotros?...Una fotografía nos dice que ayer la pasamos “bien”. Dentro de 20 años esa misma fotografía nos dirá que fuimos “felices”. Esa es nuestra inconsistencia, nuestra relatividad, nuestra intrínseca ironía. Estoy convencido de que la verdadera vocación del hombre es la Felicidad. Todos 

nuestros actos tienen puesta su mira en ella. Y esa es nuestra gran trampa.  Millones y millones de personas alrededor del mundo sintiéndose frustradas, incomprendidas, solas, viendo que todo se corrompe y se derrumba en su interior y a la vuelta de la esquina y a la vuelta de todas las esquinas de cada ciudad de este planeta, asistiendo al gran   show” multimediático 

que las potencias económicas nos brindan cada vez que “hacen” una guerra  y se reparten la torta (nosotros somos la torta) frente a nuestras narices, sudando, teniendo ataques de pánico y picos jamás vistos de fiebre agorafóbica, temblando, recalentándose a la misma velocidad que la tierra, provocándose  vómitos para meterse en un pantalón, 

rezando, pidiendo a gritos que por favor dejen de gritar, volándose la cabeza (Hunter Thomson) en el medio de una comunicación telefónica, puteando, balbuceando palabras de amor a las cinco de la mañana,  masturbándose frente a la TV, abrasando a las personas como a salvavidas luego del 

naufragio, esperando y deseando con todas sus fuerzas que en este lugar donde todo el tiempo están ocurriendo cosas alguna vez pase algo.

P.D: Mientras le cambiaba la pila a mi Chattannoga Choo Choo Express y enganchaba un nuevo vagoncito de carbón a la locomotora medité acerca de lo que me escribiste con respecto a “analizar las cosas que pasan con respecto al amor sin caretas” y creo que es un mensaje muy sensato. 

Pero hasta allí llegó mi meditación. Siguiendo la marcha de mi trencito noté que su velocidad había disminuido notablemente con el vagón que había enganchado y eso no me agradó mucho. De modo que con un poco de tristeza desenganché todos los vagones de pasajeros (donde no había pasajeros) y los de los animales (donde no había animales) y sólo dejé el que c

ontiene los pequeños carboncitos. Ahora mi tren vuela. Por alguna extraña razón encuentro una correspondencia entre lo que me escribiste y la velocidad que ganó mi trencito 

con la quita de los vagones. Gracias por escribir y por leer las “curitas”. Hasta la semana que viene.

 

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